Cuando eres parte de un equipo directivo de un centro tienes que tomar ciertas decisiones que en muchos casos no gustan a los padres.
Hace ya muchos años que empecé a trabajar en Madrid, en una escuela de nueva apertura y una de las grandes decisiones que se tuvo que tomar en ese primer año (ya que esto marcaría el estilo educativo del centro) fue si celebrar los famosos días del padre y de la madre o en su defecto defender la celebración del día de la familia.
Como ya comentaba en otro post soy una gran detractora de los «regalitos» que llegan a casa de manos de las seños y sin dejar a los niños participar.
Por esta razón siempre me ha encantado la idea de celebrar el día internacional de la familia, que es el 15 de Mayo. En esta fecha puedes reunirte con la familia, dejarlos participar de los actividades del día a día y ofrecerles un momento para compartir.

Creo que es cada vez más importante celebrar este día, ya que nos encontramos en las escuelas con familias muy diferente, padres separados, monoparentales, homoparentales, niños en acogida, abuelos que ejercen la tutela, y un larguísimo etcétera.
Cuando hemos hecho en las escuelas una fiesta por este día hemos podido comprobar que de ellas quiere participar todo el mundo, y hemos querido dar la oportunidad de ellos. En muchas ocasiones vendrán los abuelos, las titas, los padrinos, los padres y madres, las hermanas mucho más mayores, pero haciéndolo de ésta forma ningún niño dejará de tener a alguien que lo acompañe, no se sentirá solo o en deferencia con sus compañeros.
Ayer leí en internet, que no se podía solamente felicitar a las madres, que también había que hablar de las titas, las madrinas y todas esas mujeres que acompañan a nuestros pequeños.
Yo tomo éstas palabras y las llevo más allá, no se puede dejar de tener en cuenta a todas las personas que nos ayudan en la vida a criar a nuestros hijos, a hacerlos mejores personas, que nos prestan abrigo en los malos momentos y los acogen como propios para darles todo el amor.
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