Al traer un proyecto a los niños de 0-3 años, nos encontramos con que muchas veces los temas que proponemos sentimos que son demasiado simples, o están muy vistos.
Incluso, cuando llevamos varios años trabajando de esta forma, y empezamos a pensar que hacer para el nuevo curso, nos damos cuenta que hemos tocado ya tanto temas que es difícil conseguir otros nuevos.
Tenemos que pensar que cualquier cosa por pequeña que sea puede traernos un tema interesante del que hablar. Siempre y cuando “le demos la vuelta”.
Y muchas veces, ahí está lo complicado, convertir en mágico algo que nos parece simple, algo que creemos no es atractivo para los niños.
Tenemos que tener muy claro que los niños con la edad que tratamos tienen muchísimas cosas por descubrir, y que tenemos que ser nosotros lo que le enseñemos el mundo a través de nuestros proyectos.
Por esto mismo, todo es importante.
Cuando realizamos la práctica en el curso de formación, siempre me gusta decir que tenemos que olvidarnos de los temas como el circo, la profesiones y los animales. No porque sean temas poco validos, sino porque debemos arriesgar más a la hora de plantearnos lo que ofrecemos al niño.
En la sociedad y en la era en la que vivimos, el niño tiene acceso a muchos datos desde que nace.
Mi peque conoce con 15 meses muchísimos animales, ha visto dibujos donde aparecen personajes de todo tipo y sus cuentos están llenos de colores y formas que repetimos constantemente.
Por estos mismo, debemos sacar lo mejor de nosotros mismos y mostrarles a los niños el mundo más allá de su propia vida cotidiana.
Porque no movernos en kayak, o recorrer el polo norte vestido con pieles, quizás conocer a esos pequeños animales llamados kiwi o tocar un banjo.
Todo está por descubrir y ante sus ojos el mundo se convierte en un lugar mágico, y nosotros tendremos la suerte de hacer ese viaje con él.
PIES DE MAMUT 
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