En estos primeros días de Septiembre, todos los maestros nos enfrentamos a la temida «vuelta al cole».
Cuando eres madre la vives dos veces, por ti y por tu peque, y no sabría decir cuál de las dos es más difícil.
Los casi tres meses de desconexión de los niños hacen que levantarse temprano, volver a las rutinas y las normas se les torne muy cuesta arriba. Pero, ¿cómo no vamos a entenderlos? si nosotros estamos exactamente igual y sólo hemos parado un mes.
En mi caso, empezó directamente el día 1, y es que este fin de semana he tenido curso de formación con las dos escuelas Chicle de Sevilla.
Hemos estado Viernes y Sábado trabajando a tope para formarse y crear entre todas dos maravillosos proyectos educativos para el curso que viene.
De este equipo sólo puedo decir que desprendían ganas de aprender y evolucionar a cada instante. Por supuesto, que hay momentos que se nos han hecho más largos (sobre todos los que se acercaban a horas de comer) pero no han parado un segundo de pensar en la mejor forma de dar a sus peques algo único que les llene a todos de ilusión.
Siempre que realizo formación en equipos tan consolidados me encuentro con el mismo miedo. No es el cambio de trabajo, ni la cantidad de horas que podamos incrementar, sino las dudas de los padres.
Cómo conseguimos hacer entender a las familias que aunque no quede material por escrito, y las fichas se conviertan en algo del pasado, nuestros niños van a llegar a unos aprendizajes más amplios y de una manera más motivadora.
Tenemos la obligación de superar estos miedos y exponerles a las familias las grandes ventajas de esta metodología, poniendo a su disposición todo lo aprendido y siendo transparentes con ellos en la nueva forma de trabajo en la que nos vamos a embarcar.
A medida que pase el tiempo, haremos participes a los padres en las actividades y en los logros que vamos consiguiendo en nuestro camino, de esta manera, cuando hayan pasado unos meses de curso serán ellos mismos los que vean a través de sus hijos los avances que éstos logran. Y serán ellos los que más apuesten por esta forma de educación que hará de sus niños personas únicas y respetará en todo momento su desarrollo evolutivo.
Por este motivo, os animo a las escuelas a dejar un momento de lado esos miedos y superarnos tanto por el progreso de nuestro equipo y muchos más, por el de nuestros pequeños.
Este año, Pies de Mamut se va haciendo más grande y colabora con muchas más escuelas. ¡Ya os contaré más adelante!
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